Alejandría

Diario de viaje: Alejandría desde el sur
Jacqueline Lacasa
Viajar es en sí mismo una performance, pues implica tanto una acción como una actitud. La
acción de este viaje a Alejandría es habitar territorios y la actitud es la de intercambiar
conocimiento. El punto de entrada en el viaje es Montevideo, y prefiero llamarlo punto de
entrada y no punto de partida por una razón fundamental: uno de los fines de esta
performance es establecer redes y hacer rizoma y en estas estructuras no hay comienzo ni
fin sino puntos de entrada y de salida. Mi actual “meseta” (en términos de Deleuze y
Guattari) es Montevideo como centro de producción contemporánea que en medio del
subdesarrollo, promueve vías de acción para hacer visible su potencial.
Desde esta meseta proyecto llegar a Alejandría, otra meseta, como ideal de lugar donde se
preserva y expande conocimiento. Pero la Alejandría está en el nivel del mito, casi
inalcanzable se torna real en tanto la habito como territorio y llevo hacia ella parte del
conocimiento generado actualmente en Montevideo a través de las entrevistas y editoriales
que se han realizado en el periódico de “La Hija Natural de JTG”. Entrar al lugar del mito
de Alejandría en el siglo XXI promueve muchos movimientos a la vez: por una parte
incluir en el caudal de conocimiento que promovió a esa biblioteca como referente de la
humanidad un conocimiento nuevo (el arte contemporáneo) desde un lugar que en la
historia del mundo es nuevo (Montevideo) y por otra parte desplazar las estructuras de
tiempo y espacio del sur alejado hacia un mapa más integrado y activo. En la Lección 30
del “Universalismo Constructivo” Joaquín Torres García nos hacía cambiar la óptica de
nuestra producción subvirtiendo las coordenadas geográficas y ubicando su “Escuela del
Sur” en el norte, siguiendo esa misma propuesta podemos ver este viaje a Alejandría como
la mejor forma de viajar hacia occidente desde el Montevideo, porque el sur está arriba.

Un momento con Gaudí
Si este viaje de “La hija Natural de JTG” sigue los pasos del maestro Torres García, debe
pasar por Barcelona pues allí hay un punto pivote del mundo garciano. Y es quizás en sus
ramblas, su gente y su cultura donde se encuentre parte del acervo sobre el cual el artista
basó su creación. De todas estas opciones elijo la “Sagrada Familia” que bajo el sol del
verano catalán aparece a la vez más terrena y majestuosa. La relación entre Torres García y Gaudí data de 1900, época en la cual el arquitecto catalán realizaba reparaciones a la
catedral de Mallorca donde Torres García ingresa como asistente. Pero este trabajo en
común y el reconocimiento de Gaudí como maestro se profundiza y extiende ante el trabajo
en la Sagrada Familia. De este increíble trabajo, quisiera rescatar apenas una impresión: la
majestuosidad de la obra inacabada. Es majestuosa en la increíble realización, en el cuidado
detalle de cada creación que la integra como un todo y a la vez está concebida como un
proceso de permanente creación. Torres García señala en la Lección 81 del “Universalismo
Constructivo” que Gaudí decía que la historia de las iglesias es que otros arquitectos las
terminen, y apreciando al Sagrada Familia diría que además es la posibilidad que otros
artistas vengan a crear en ella.

La BibliotecaEl elemento que define a Alejandría es el mar. El Mediterráneo es sin duda el camino de llegada a este lugar y a pesar de todos los medios de comunicación que se poseen en el presente, la ciudad es indivisible del mar que la define. La vida de la ciudad de organiza sobre la costanera y a partir de allí se extienden otras avenidas que van a dar a la costa. En el intenso calor del verano, buena parte del movimiento citadino comienza al atardecer y se extiende hasta la madrugada. En ese entorno la Biblioteca se constituye en un oasis, tanto por el resguardo de la temperatura como por lo peculiar de la arquitectura de la nueva Biblioteca de Alejandría que se recorta diferente del resto del paisaje. La biblioteca se levanta en uno de los extremos de la costanera, cercana a las ruinas de la antigua biblioteca que destruyó el fuego. El moderno proyecto de los arquitectos noruegos tensiona la silueta de la Alejandría típica, hasta el extremo que sumergirse en su interior es una experiencia particular. Las bibliotecas tienen el don de la suspensión del tiempo seguramente porque el tiempo de la búsqueda y de la lectura pertenecen a diferentes dimensiones respecto del reloj subjetivo que marca la vida cotidiana. Dentro de la biblioteca, traspasando el amplio espacio para la consulta de libros se encuentra la zona de recepción del material. Si este era uno de los principales objetivos del viaje el ingreso del material no fue inmediato sino que tuvo que ser sometido a varios controles de seguridad hasta poder conectar con la persona encargada de dar entrada al inventario de la biblioteca el material de “La hija natural de JTG” y de artistas contemporáneos uruguayos. En cada uno de los puntos de control expliqué desde donde venía y el hecho que la filmación sería parte de una instalación artística, cuanto más veces lo explicaba mayores eran las pruebas que el proceso del viaje es la obra en sí misma y ante mis más profundas dudas emergía la certeza de entender que el viaje era una parte de la creación de un artista. Uno de los elementos más reconfortantes fue que se creara un ingreso a la biblioteca de material cuyo país de origen era Uruguay, como prueba del intercambio posible.

El regreso
El frío invierno que estaba instalado en Montevideo llevaba a nivel térmico la sensación de
contraste con el calor del Mediterráneo. El contacto con el material recogido durante el
viaje implicaba una nueva vuelta al circuito de intercambio de conocimiento, un circuito
que se amplía al escribir este diario que será entregado en Miami y que se bifurca como en
un rizoma hacia otros lugares. Montevideo es nuevamente el punto de ingreso al circuito
formado de posibilidades y por lo tanto de desafíos.
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La Biblioteca Total
La Antigua Biblioteca de Alejandría.
La biblioteca funciona como un panóptico, su centralidad genera un sitio de referencia, es
emergente y depositaria de la historia. En ese doble juego, posee la capacidad de dar y
recibir información. La mítica Biblioteca de Alejandría, creada por Ptolomeo I en el (362
adC- 283adC), fue una de las más grandes del mundo, teniendo más de setecientos mil
volúmenes de manuscritos que serían unos cien mil libros. Allí se hicieron los primeros
trabajos en los que se cotejaban los textos se copiaban y enmendaban, en particular se
destacó la labor de catalogación de Calímaco, quién fuera encargado de esta tarea porPtolomeo I. Fue un espacio rico y fortalecido para el pensamiento y la producción
intelectual, pero también un lugar donde registrar y sistematizar el conocimiento como
acción. Parecía casi una obsesión, ya que a los barcos se les confiscaban los manuscritos
que traían y se enviaba emisarios por todo el mundo para poder obtener bibliotecas
integras. Llegó a su máximo esplendor cuando Marco Antonio ofreciera a Cleopatra
doscientos mil libros, llegando a novecientos mil manuscritos. El Museo que funcionaba en
el Palacio Real, la biblioteca mayor y menor, fueron tomadas por el fuego en la guerra
entre Egipto y Roma. Un incendio nefasto, que alcanzó a la urbe entera y en donde se
perdieron la gran mayoría de los volúmenes que contenían.
Quizás en este escueto relato se ponga de manifiesto la inmensa necesidad que ha tenido la
humanidad de reconstruir su historia como forma de seguir viviendo, casi como un acto de
fe a la posibilidad de reencuentro con lo real del objeto. La biblioteca hoy existe con un
cuerpo arquitectónico totalmente distinto, casi como un injerto en medio de la ciudad, ha
sido construida en un gran proyecto conjunto entre el Gobierno de Egipto y la UNESCO.
Sus instalaciones permiten albergar hasta veinte millones de libros, en la actualidad hay
más de doscientos mil. Su funcionalidad nos habla de un nuevo tiempo en la forma de
procesar conocimiento, puesto que el material se archiva en sus tres formas, la primigenia:
el papiro, y los dos soportes actuales que son el libro y recientemente el disco compacto.
Los tres muestran las vías por donde circula y se almacena el saber y porque no, el poder de la historia del conocimiento. La Biblioteca conserva un halo mágico y por su rica historia
parece albergar y esperar como una gran madre la materia prima para desarrollar el proceso de las Ciencias y las Artes de la humanidad.

Cuando el archivo es el medio.
Establecer el mapeo del campo del arte contemporáneo es uno de los principales móviles
del proyecto de “La Hija natural de JTG” en los más de cinco años de desarrollo, el
propósito de esta tarea no es otro que intentar comprender el entramado de la creación
actual en nuestro medio, entendiéndola como proceso. Este proceso es a la vez singular,
diverso, cambiante y solo puede aprehenderse si se lo mira como un trabajo en progresión.
Surge de la dinámica producida en la interacción de cada nuevo agente, que parte
indefectiblemente de lo ya creado, para modificarlo, criticarlo, completarlo o desplazarlo.
Como en los palimpsestos, los antiguos manuscritos que eran borrados (literalmente
raspados) para poder escribir otra cosa, el proceso de creación artística se va generando en
un camino de diálogos que incorporan y fagocitan los elementos que la propia u otras
culturas han creado anteriormente

1. La reconstrucción de los palimpsestos por parte de los
investigadores ha sido una vía para la comprensión de la historia. De igual forma, una de
las estrategias seguidas por el proyecto de “La Hija natural …” es realizar un abordaje
proactivo de la memoria: entrevistando y encuestando a los agentes, investigando en los
eventos del pasado reciente y revisitando la obra de Torres García desde el presente.
A partir de esta tarea, a veces difícil y trabajosa pero siempre productiva, se ha abordado
hasta el presente la memoria viva y la experiencia espontánea, entrando en el terreno de la
anamnesis del campo local y haciendo nuevas zonas de contacto en red de cara al mundo.

1 Este proceso está relacionado con el cuestionamiento del concepto de “autor” planteado a nivel de la teoría
literaria por Roland Barthes y retomado a nivel de las artes visuales por Nicolas Bourriaud en su libro
“Postproducción”.

Tal como señala Derrida
2 el archivo es “hipomnémico” en tanto no da cuenta de la
memoria viva como la “anamnesis” sino que se ubica en el lugar opuesto creando el
documento y el registro de aquello que ya pasó. Lo que es pasible de ser archivado se
expone a la destrucción, pero permite la memorización y la reproducción, ubicándose en el
filo de la navaja entre el recuerdo y el olvido.
El archivo no supone solamente un ordenamiento o domicilio para el pasado sino que crea
una multiplicidad de relaciones, nodos o vasos comunicantes que se dan en la red de
información que contiene. De esta manera el archivo deviene rizoma, mutando desde el
orden cronológico o alfabético, abandonando una jerarquía a priori que no procede del
contenido de la información, y adquiere un sentido funcional a la creación.
Cuando el archivo se entiende como diálogo, como un rizoma de múltiples entradas sin
comienzo ni fin, entonces estamos en condiciones de formar la red necesaria para establecer
ese diálogo. En ese instante el archivo propicia el reconocimiento del otro como un agente
en transito que debate, para diagnosticar el lugar que se ocupa, que no responde a un
modelo generativo o estructural
3.Cuando la información se sistematiza y respalda puede empezar a pensarse en la
posibilidad de crear archivos, en donde las voces formen parte de un momento histórico o
de un acontecimiento que deviene presente. Que sentido puede tener entonces un archivo
cuyo volumen auxilie a los investigadores en cualquier campo de investigación. Archivo
como vocablo en el sentido que viene del griego significa “arkheîon”:es decir en primer
lugar, una casa, un domicilio, una dirección, la residencia de los magistrados superiores, los
arcontes”en definitiva son los que protegen el depósito de información, lo localizan y
también son los generadores del desarrollo de la hermenéutica como ejercicio para
mantener el vinculo entre los hechos y la historia. Los archivos a su vez poseen una
localización que los ubica, es decir un domicilio. Los documentos que guardan no siempre
son escritos y para el caso de las artes audiovisuales su topología es decir el lugar y la
lógica en como se archiven depende de diferentes circunstancias. Es decir “del poder de
consignación” de la forma en que la documentación se agrupa, donde se reúnen los
significados que dan sentido al contenido.

La búsqueda: Montevideo Inside out
Los artistas son viajeros en su propio tiempo, con su lenguaje intervienen, deconstruyen y
sobretodo subvierten lugares comunes.
Para que este viaje no se torne simplemente un derrotero, el artista comienza a trabajar con
el proceso más que con el destino. De allí la documentación señala un tiempo distinto
dentro del campo del arte contemporáneo. Cada territorio provoca una acción determinada,
un objetivo que le es afectivamente posible y económicamente viable. El viaje se torna
“obra” en tanto logra alcanzar su principal cometido: la acción artística como proceso
reflexivo y sentido crítico.
El movimiento de producir y ver arte genera un tránsito transterritorial, de manera que los
flujos se superponen. Así, la condición de lo escrito revela un estado particular de las cosas,
este es el caso del material que forma parte del trabajo progresivo de La Hija Natural de
JTG. Las publicaciones contienen la opinión de creadores y teóricos, generando una red de

2. Jaccqques Derrida. “Mal de archivo. Una impresión freudiana”.
3. Gilles Deleuze y Félix Guatari: Rizomainformación y almacenamiento. Montevideo es la base productiva de la plataforma, es el
área de trabajo e intercambio, es el primer laboratorio que exige cuidados múltiples para su
oxigenación, requiere conservación, y una cuota de perseverancia. En este sentido si bien el
factor económico es el derrumbe de muchas expectativas, también es el ámbito de
superación para la estrategia conceptual y creativa de los agentes que lo componen y
trabajan en él. Una forma de alentar este proceso y desarrollar nuevas vías de comunicación hacia el exterior, es tener presente la movilidad de los archivos. Esto se logra recorriendo nuevas rutas de viaje.
Cada acción es captada en un proceso, entonces podemos ver la profunda importancia de
registrados en arte contemporáneo más que las consecuencias finales.
Pensar en esto y accionarlo como dispositivo reflexivo implica un desafío a lo visible, y
sobretodo, salir de los territorios para volver a entrar con nuevas herramientas para seguir
creando. Esta tarea fue magistralmente descrita por Borges en su cuenta “La Biblioteca
Total” donde afirma que había “procurado rescatar del olvido un horror subalterno: la
vasta Biblioteca contradictoria, cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante
albur de cambiarse en otros que todo lo afirman, lo niegan y lo confunden como una
divinidad que delira”.

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